24 feb 2008

La "Opinión del Pueblo"

..."cuidadito, que estoy aquí, vivito y coleando"

Es increcíble... Aún hoy "la opinión del puebo", ese sistema informático del gobierno de Cuba... que recoge, no sé cómo, la temperatura del pensar y sentir del pueblo a diario... aún sigue vigente.

Una prueba de ello es que una vez dada la noticia de la renuncia de Fidel... se dejó correr el tiempo, y una vez recogidas las espectativas... !paff!... aparece su máximo líder con lo mismo... _Eh...cuidadito que estoy aquí, vivito y coleando-.

Ahí esta ese misterio cubano que trae de cabeza a los más osados analistas... ¿Cómo es posible, que con la situación precaria en que viven los cubanos... aún continúen defendiendo un sistema de prometedora esperanza, intermitentes bonanzas y un final de ruina total, no sólo económica síno en lo social, que es en mi opinión lo más significativo?

Aún hoy, despues de casi 14 años de exilio, y a pesar de todo, siento nostalgia por esa causa por la que luchamos desintersadamente, aportando horas voluntarias en los campos de caña, en las fábricas , en las milicias, y siempre con el racionamiento presente de un cuarto de manteca por persona al mes... y los tres metros de tela para un vestido, etc.

Creo que esa nostalgia...es la que hace a los cubanos permanecer en ese inmovilismo... en esa espera paciente a que "su gobierno" tome la iniciativa y de forma gradual y bien pensada dirija sus pasos para acabar con la centralización generalizada de la economía, y finalmente aplique una economía de mercado donde los cubanos puedan dar riendas sueltas a sus iniciativas económicas sin represión.

Por otra parte, en el interior de cada cubano, esta ese miedo al enfrentamiento con su vecino de al lado, ese latente temor a las confrontaciones familiares y de barrio, por la permanente vigilancia de unos a otros que implantó el "Sistema Socialista "a traves de los años y que de no hacerse las cosas bien... puede desencadenar fenómenos sociales impredecibles.

No se puede menospreciar el hechco de que durante todos los años de gobierno, estuvo presente la censura informativa de todo aquello que pudiera venir del exterior con ideas diferentes a las del Sistema en el país. Fidel ha mantenido el controk de todos los medios de comunicación y un sistema de propaganda ideológica que por mucho que se intente obviar, ha calado en la sociedad... y está ahí.

Los cubanos conocemos con certeza esa mezcla de situaciones que nos han llevado a convivir con la doble moral imperante. Quiero que todo cambie... pero tengo miedo a lo que puede pasar... voy a esperar a ver qué pasa..." No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista".

Podría contar infinidad de anáecdotas, pero es imposible. Recuerdo una ocasión que visite un central azucarero en la provincia de Cienfuegos. Lo dirigía un ingeniero agrícola que había ocupado diferentes cargos de dirección en el Ministerio de la Agricultura. En un principio fue cauto y reservado.. .pero a medida que transcurría la entrevista fue subiendo el tono hasta decirme, que por exponer un informe sobre la precariedad de la agricultura y la necesidad de tomar determinadas medidas... fue sustituído inmediatamente de su cargo.

Así ha sido siempre, así es y así seguirá mi país... si hoy, en esa reunión de los 614 diputados electos en enero no deciden su voto hacia un representante que responda a la espectativa de los cubanos.

Muchos analistas y medios de prensa apuntan a Raúl Castro como el candidato seguro. Ojalá este pronóstico no se cumpla. Si bien es cierto que Raúl a partir de los años 80 desarrolló las Empresas Mixtas e intentó una mayor productividad en la agricultura, la realidad es que al final, las cuentas no salen y todo a ido a peor.

Estos diputados, conocen como yo, que la reunión de militantes a un Congreso del Partido Comunista Vietnamita, que tenía un programa pre-elaborado, durante su desarrollo cambió. La juventud tomó la palabra y convenció con sus argumentos. A partir de entonces, aunque continuó y continúa en el Poder el Partido Comunista, los cambios hacia una liberalización de la economía y reformas sociales produjeron cambios espectaculares.

Es un buen referente para los cubanos. Vietnam, con estas reformas cambió totalmente y de estar en las estadísticas de la ONU como uno de los países más pobres del mundo se convirtió en menos de 5 años en el mayor exportador de arroz del planeta.

Los cubanos, con las ganas, la necesidad y el espíiritu creador que le caracteriza, pueden impulsar la economía del país en tiempo record... el tema social levará su tiempo, pero estoy segura se recuperará también.

Sería lamentable, que los diputados dejen pasar esta formidable oportunidad de cambios, de esperanza ... y que son conscientes ellos mismos, de que sus compatriotas esperan con ansiedad en lo más íntimo de sus almas esos cambios... y ojalá que así sea.

Que sirva la "Opinión del Pueblo" para de una vez y por todas sea escuchada y materializada sus ilusiones y esperanzas.

Comentario publicado en Madrid por Josefa Buzzi, 23 de febrero de 2008.

Para mí, simplemente papá

Trabajador, negociante, conquistador, creyente, fiestero… así era él; Ernesto para sus amigos, Netico para la familia y para mí, simplemente papá.

Se lo dije muchas veces – papá…deja de ir tanto a Oriente, que ya no tienes edad para esos trajines…_Ni caso, continuó viajando en cualquier medio de transporte que se le presentara para vencer los cientos de kilómetros que separaban La Habana de Cayo Mambí, su pueblo.

En ese andar de “ melolico” en los tiempos difíciles de los años 90, cuando Cuba atravesaba por una de las mayores crisis económicas de su historia, él se subió a la cama de un viejo camión durante más de 10 horas. El aire, la lluvia y todo lo que le cayó encima le provocaron una neumonía de la que no pudo salir y se fue, dejándonos a todos huérfanos de él, de sus cuentos, sus oraciones y de su dinerito que bien le venía a mi madre.

Este oficio de “ melolico”, el típico buscavidas cubano de los años 90, lo practicó después de su jubilación, porque según él, los 100 pesos de la pensión no le alcanzaban para vivir.

En sus años mozos papá era delgado y de estatura mediana, pero fuerte como el roble. Era ese típico hombre de pueblo que luchaba a diario por mantener dos familias. La mía, de señor casado con hijos, y la otra con su “querida”.

Aún así, nos bautizó a todos en la iglesia católica del pueblo y nos alentó durante toda su vida a tener fe y creer en el cristianismo

Conocidos y familiares le admiraban por su generosidad, por ser el obrero de los hornos del Central, que cada día y durante casi 50 años hizo funcionar las calderas que cocinaban la caña de azúcar en su primer proceso industrial.

Pero papá también destacaba por negocios con el Juego. Tenía su propio local que consistía en una habitación de madera y techo de zinc, ubicada en el ala izquierda de nuestra casa. Allí acudían personajes de lo más variopinto y entre ellos Nicasio, su mejor amigo, un guardia del cuartel de los “casquitos”, nombre con el que se identificaban los militares de Batista.

Según señalan algunos historiadores en la segunda mitad de la década del 50, Cuba era un templo de juego y una crónica periodística de la época así lo refleja:

Ahora se juega donde quiera, como quiera, y más que nunca en toda la historia de la nación. Se apunta al verso, la centena y el terminal en la vidriera de la esquina. Se compran cartones de bingo en los cabarets. Se juega al interés a la canasta en las residencias particulares. Se pierden las monedas en los traganíqueles de los cafés y billares. Se esfuman miles de dólares en el tapete verde de la ruleta controlada por la mafia internacional del juego. Se rifan automóviles en las calles. Y lo mismo se sortea una casa en una pastilla de jabón que un automóvil del 58 en la etiqueta de un pote de dulce”.

El mismo artículo reitera y señala. “Se juega en todas partes. A toda hora del día y de la noche y con cualquier pretexto. Jamás en la historia se vio un pueblo más pendiente del azar que el pueblo cubano ahora. Asimismo, jamás en la historia se vio un auspiciamiento estatal al juego como lo que se ve en Cuba ahora”

Con la situación que vivía el país en aquellos momentos, no es de extrañar que en un pueblo como Cayo Mambí, dependiente sólo de la Zafra Azucarera, que ocupaba a los trabajadores apenas cuatro meses del año, proliferara el juego… como única vía de sobrellevar los 8 meses de “Tiempo Muerto”. Pero también debo decir, que mi padre, además de su trabajo y la lotería, tenía un trocito de tierra en las afueras del pueblo en el que cultivaba yuca, plátano burro y maní.

Con el triunfo de la Revolución, se prohibieron todos los juegos, pero para papá continuó en lo suyo y de forma clandestina se dedicó entonces a la bolita, juego de azar, que según los entendidos de la época estaba considerado como uno de los negocios más serios de esos tiempos.

De escuchar a mi padre aprendí que en la bolita hay mil números. Pero se puede jugar a un “fijo” o a un “corrido”. A una “centena” o a un terminal, o a varios de ellos al mismo tiempo.

Esa parte de la familia que le justifica, afirman que sus viajes a Oriente tenían el sólo objetivo de visitar a “mamita”, mi abuela, quien murió recientemente con más de 100 años. Pero tengo la convicción, que además de ver su familia, viajaba para atender sus incondicionales y eternos clientes de la “bolita”

En varias ocasiones le escuche decir, que cuando conoció a mi madre, vestía de forma impecable con pantalones y guayaberas blancas como el jazmín, zapatos de dos tonos y sombrero de paja, argumentos irrebatibles para su conquista.

Contaba interminables historias de su época de concejal. De cuando viajó a La Habana para encontrarse con el mismísimo presidente del país, Fulgencio Batista.

En particular, a mí me encantaban sus anécdotas de adolescente. Decía que con 14 años bajaba de las lomas de Topí al poblado de las minas de Moa a vender estatuillas religiosas de barro. En una ocasión, después de andar horas y horas sin vender nada, al llegar a la cima de una cuesta de grabillas resbaló, rodó loma abajo y las estatuillas se hicieron añiscos. Tuvo que trabajar seis meses para pagar aquella mercancía.

Una de sus distracciones favoritas era el pasar una noche entera buscando cangrejos y regresar a casa con el saco de yute hasta el tope para que mi madre preparara ese delicioso enchilao que con tanto gusto acompañaba con yuca y su botellita de ron. Recordaré siempre su cara de satisfacción al comer…y sobre todo cuando tenía invitados y pronunciaba su típica frase…_ Venga compadre… arrímese y coma que donde hay para uno hay para tres_.

Además de sus entrañables recuerdos, mi hermano Papi, el primogénito, heredó la responsabilidad de llevar a mamá el café de cada día antes de levantarse, tarea que él hizo durante más de 50 años que pasaron juntos. Aún hoy, mi hermano continúa con ese legado.

Papá disfrutaba del comer, del ron, del puro y los bisnes a la par que su trabajo. Quizás por ese espíritu trasgresor que le caracterizaba, no reprocho el hecho de que yo abandonara el país, sino todo lo contrario, sentí su apoyo en una decisión tan arriesgada.

Trabajador, negociante, conquistador, creyente, fiestero… así era él, Ernesto para sus amigos, Netico para la familia, y para mí simplemente papá.

P/D : !Ah!…había olvidado decir que me parezco a él.

Relato escrito por Josefa Buzzi el 24 de febrero 2008

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